Después de la fecundación de los óvulos, y al mismo tiempo en que éstos se van transformando en semillas, los carpelos, junto con otros órganos, sufren una serie de modificaciones que conducen a la formación del fruto. Siendo posible afirmar que el fruto no es más que el ovario maduro que contiene las semillas.
La semilla, es por tanto, la parte del fruto que contiene el embrión de una futura planta. También se conoce como semilla al grano que producen las plantas y que, al caer o ser sembrado, produce nuevas plantas de la misma especie.
La semilla es producida mediante la maduración de un óvulo. Además del embrión de una futura planta, la semilla contiene una fuente de alimento. Dicho alimento presenta un tejido delgado conocido como endospermo, que puede tener aceite o almidón y diversas proteínas. Por otra parte, las semillas son albergadas por estructuras secas o carnosas que reciben el nombre de frutos.
Las semillas y sus funciones tienen una gran importancia para la alimentación humana. Por eso, más allá de la acción de la naturaleza, el hombre se ha encargado de desarrollar un proceso productivo que incluye la siembra, la cosecha, el secado, la clasificación, la selección, el lavado, el tratamiento, el almacenaje y el embalaje de las semillas.
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